Recuerdo el día que tuve una visión al futuro. Era una tarde de junio de 2022, descansaba plácidamente en la terraza de mi casa, hasta que sonó el timbre. Abrí el portal, para ver quién había interrumpido mi momento de relajación, pero para mi sorpresa me encontré un paquete a mi nombre, de remitente desconocido. Agité el paquete y solo oía un objeto tambaleándose dentro de la caja misteriosa.
La intriga me pudo y abrí el paquete sin pensármelo dos veces… ¡era un berrad! (para los que no conozcáis qué es, es una tetera marroquí).
Pensé que a lo mejor me lo mandaría algún familiar, así que decidí prepararme
un buen té marroquí para seguir con mi momento de relajación.
Una vez preparado el té, volví a la terraza, me acomodé en la
hamaca, y después del primer sorbo, empecé a notar una especie de niebla tenue que
cada vez se hacía más intensa. Y aquí comienza mi aventura en el 2030, me
desperté en un aula de secundaria, estaba recostada sobre la mesa del
departamento de Lengua y Literatura Castellana.
No entendía nada, enseguida me levanté, y decidí inspeccionar el
lugar. Al parecer, nadie presenciaba mi existencia, sin embargo podía moverme con
libertad. A medida que iba caminando por los pasillos del centro educativo, observé
una gran diversidad en el centro. Los alumnos vestían de maneras muy diferentes
y todos se respetaban entre sí. Nadie miraba raro a nadie, y nadie estaba excluido o marginado. Se respiraba un aire de tolerancia, paz, amistad, compañerismo y
sobre todo respeto. Otro detalle que me ha llamado bastante la atención, es la
disciplina que tenían todos. Respetaban el turno de cada uno, y no había caos
en los pasillos.
Continuando con mi expedición, me colé en una clase de lengua castellana, y para mi alegría, las clases ya no se
dan al estilo convencional. Se han desarrollado muy bien las metodologías
activas, se trabaja por proyectos, se hacen clases invertidas, en las que los
alumnos son los responsables de su educación y la de sus compañeros. Existe
compañerismo entre el alumnado, y no compiten por obtener una calificación sino
para enriquecer sus conocimientos y sus competencias. Las TIC, están muy
presenten en las aulas, y los alumnos y las alumnas son responsables y hacen un
buen uso de las mismas.
Ahora la labor de los profesores y profesoras es instruirlos en
todo momento y acompañarlos. Son ellos, los y las alumnas, quienes desarrollan sus
conocimientos. Las clases magistrales se acabaron, y la charla aburrida de los
profesores también, ahora la responsabilidad recae, sobre todo, sobre los
discentes, con la ayuda de sus profesores y profesoras, se ha logrado la
integración de éstos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
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