No sabemos qué suena en la cabeza del ciudadano medio al oír las palabras “Garcilaso de la Vega”, “Fortunata y Jacinta” o “Cantar de Mío Cid”. Sin embargo, sabemos que son obras y autores que se trabajan varias veces a lo largo de la educación secundaria y que muchos incluso repiten su estudio en el bachillerato. Son clásicos probados de la literatura española, a cuya interpelación nadie escapa. Pero casi no queda nada del contenido literario de estos nombres en la memoria de los ciudadanos. Los ecos que dejan están más próximos a respuestas para un concurso de televisión o a los nombres para un callejero; son poquísimos los que dejan un verso, un personaje o un pasaje en el acervo popular pese a ser tan extendido su estudio. Entre ese contenido, aquello que suele buscarse de forma natural al leer un libro o ver una película, y esos datos sueltos que es capaz a veces de recordar la gente se ha construido una distancia. Sobre esa distancia es la que intenta trabajar este trabajo de fin de máster ¿Qué ha pasado después de años de trabajo en las aulas para que se genere esta incomunicación entre la literatura y los alumnos?
Para responder, este trabajo propone una reflexión sobre el escenario en el que sucede la educación lecto literaria actual para determinar las causas de la incomunicación antes mencionada. Esta reflexión está estructurada siguiendo un patrón habitual a una investigación de este tipo. Primero, se expondrá un marco teórico para establecer las bases académicas en las que apoyar la cuestión tratada con lo que otros ya han avanzado. Después, se ofrecerá un análisis del contexto en el que se desarrolla la educación literaria en las aulas, con énfasis especial en la didáctica de los clásicos de la literatura, pero también en los parámetros legales y la práctica docente donde se desarrolla. Entonces, una vez asentado el análisis de contexto, pasamos a enunciar unas hipótesis sobre las razones de esa cierta inoperancia del aprendizaje de los clásicos. Para confirmar o desmentir esas hipótesis se han realizado encuestas entre el alumnado de un instituto alicantino cuyas respuestas se desmenuzarán en el quinto epígrafe, junto a explicaciones sobre la metodología empleada. Como síntesis final, unas conclusiones recogerán todo lo expuesto para cuestionar la validez de las hipótesis dadas y realizar una serie de consideraciones generales para redondear lo aprendido.
Es probable que, una vez leído, quede mucho por decir sobre lo aconsejable y lo fútil en la enseñanza de los clásicos o de la literatura en general. No obstante, el objetivo es colaborar, más que concluir, a la necesaria discusión sobre la forma en que los docentes respondemos a las necesidades e inquietudes literarias de nuestros alumnos. Se trata de aportar otro pequeño escalón hacia la interminable cantidad de saberes que los profesores, más que enseñar, debemos primero aprender.
palabras clave: educación lecto-literaria, clásicos literarios, proceso enseñanza aprendizaje, lectura, lectura literaria
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