Dentro de la práctica que teníamos que entregar este domingo para la asignatura de TIC, acerca de las narrativas docentes, me he centrado en mis clases en la EOI de Benidorm. Aquí presento las dos propuestas solicitadas por José Rovira Collado. ¡Espero que las encontréis interesantes! Yo disfruté mucho con las dinámicas.
(1) Narrativa de la competencia lingüística. Las caretas ‘del habla’ para
describir
La tarea es
practicar tanto las descripciones físicas como de carácter a través de unas
caretas facilitadas por la editorial Anaya. Se trata de una actividad enmarcada
en el aula de Destrezas A2, que se ajusta al contenido del currículum, que
incluye el uso de vocabulario y presente de Indicativo para las actividades del
día a día (aficiones, ropa, comida, descripciones, etcétera). La actividad se
ha desarrollado en el horario correspondiente a la clase de Destrezas, los
lunes y miércoles de 13.20 a 14.15 horas. Es necesario tener en cuenta que, por
el horario –y que parte del alumnado viene de otras clases que ha tenido antes
en la EOI-, las dinámicas de grupo son muy importantes. El objetivo que se
busca con las caretas es doble: en primer lugar, poner en práctica las actividades
del día a día, con el vocabulario, los verbos en presente, las aficiones y la
ropa, los colores. Por otro, para evitar comentarios xenófobos o racistas, y
favorecer la aceptación de la multiculturalidad en el aula, se dan caretas con
personajes que representen diferentes nacionalidades, tanto rostros femeninos
como masculinos. Buscamos también la interacción entre el alumnado,
aportando/corrigiendo información de manera espontánea. La gran finalidad es
potenciar la competencia lingüística, esto es, que hablen, de manera adecuada,
coherente y fluida, favoreciendo la expresión oral. El contenido, como hemos
señalado, se ajusta perfectamente al curso formal de A2 –las Destrezas se
enmarcan dentro de una enseñanza no formal-, tanto en el tiempo verbal del Presente
como en el vocabulario y gramática. El alumnado acoge la actividad de manera
agradable, sencilla y con menos tapujos que si tuviera que describir a su
compañero/a. Aquí también se lleva a cabo una actividad de codocencia: la
tutora es descrita por mí, y yo por ella. Esto ayudará a romper el hielo.
¿Cuáles son las respuestas/dificultades del alumnado? Como ejemplo de
interacción: una de las caretas tiene una cicatriz y otra una verruga, nos
sirve para introducir nuevo vocabulario al alumnado. Uno de los mayores
obstáculos es, por ejemplo, asociar los colores a las respectivas partes del
pelo, o el color de la piel. Se dice que alguien es moreno de piel, no marrón, y así sucesivamente. También es
frecuente el error de poner los posesivos a las partes del cuerpo, en español
no se dice su mano, sino la mano, o
‘singularizar’ algunas que solo existen en plural, o al revés. Tiene el ojo azul (los ojos), los pelos marrones (el pelo).
Tanto la
tutora como yo consideramos que se han cumplido los objetivos: todos los/as
alumnos/as han hablado y han podido hacer la dinámica. Además, al repetirse
conceptos del vocabulario, las correcciones han servido para toda la clase, así
que se iban evitando y retocando los errores comunes. El éxito de la práctica
se completa porque, dos semanas después, sacamos las mismas caretas para hablar
más en profundidad de las aficiones en español, y todos/as recordaban esta
primera parte de la dinámica. En cuanto a los conceptos aprendidos, más el
primer caso, el alumnado aprende a razonar –la concordancia debe existir entre
género y número con un sustantivo y el adjetivo que le acompaña, por ejemplo- y
asimila incluso los verbos que se ajustan: tiene
los ojos, lleva pendientes. Logra
dar un paso más en la capacidad de abstracción necesaria para comenzar a
construir oraciones para una correcta expresión oral del idioma aprendido. La
situación ya se completa con la segunda práctica: retomamos las caretas, como
hemos explicado, durante las Prácticas, con el mismo grupo, que recordaba y
había asimilado los conceptos aprendidos. Una opción alternativa podría haber
sido practicar la memoria a corto/medio plazo: hacer que recordaran a sus
respectivos personajes, sin tenerlos delante. También, practicar la memoria y
la selección: ¿qué partes de cuerpo hemos visto? ¿Qué colores? La dinámica se
puede completar poniendo nombres a los personajes, lo que lo hace más
divertido. Un paso más sería el siguiente: salir a la pizarra e ir dibujando a
un personaje ‘x’ según las indicaciones de los compañeros. Esto lo realizó una
profesora de español y fue un auténtico éxito. En este caso, no ha sido
necesario el uso de las TIC; nos hemos servido de las caretas. Una variación
apoyándonos en las nuevas tecnologías sería, por ejemplo, crear personajes con
el juego de los SIMS a través de descripciones, o bien trasladarnos al aula que
tiene pizarra digital/tablet para ir dibujando según las indicaciones del
compañero/a de turno.
(2) Narrativa de la competencia cultural y artística. Origami y viajes por el
mundo
En este caso, hemos seleccionado dos actividades. La primera es la clase de manualidades sobre origami que hicimos, también, para el grupo de Destrezas A2 de la EOI. La segunda, el mapamundi para practicar las condicionales en el tema de viajes del primer curso de C1 de la EOI donde realicé mis Prácticas. En el primer caso, el horario ha sido el especificado anteriormente; en el segundo, en horario de martes y jueves de 09:15 a 11:05. El objetivo de la clase de origami es variado: a nivel gramatical, aproximarnos al uso del Imperativo como consejo/indicación, la comprensión oral a través de tutoriales, pero también favorecer la creatividad –igual que anteriormente, la tolerancia- creando una paloma de la paz como muestra a nuestro rechazo a la guerra de Putin. En el caso del nivel más alto de español, el C1, llevamos nuestro propio mapamundi a clase, con los destinos donde hemos viajado marcados con una chincheta: queremos que hablen de las condicionales simples y complejas – Si no me hubiera tocado la lotería, hubiera viajado un año dando la vuelta al mundo-, por tanto, favorecemos el bloque de la expresión/producción oral. El contenido del Imperativo, aunque es más propio de B1, ya se plantea para el A2 en el currículum; en el caso del C1, las condicionales compuestas y las perífrasis se enmarcan en el contenido del mismo. En el caso del origami, el docente también participa con ellos, haciendo su paloma de la paz, y les da las instrucciones, primero por escrito, y después a través de un tutorial en YouTube (doble apoyo); en el caso del mapamundi, se presentan fotografías de lugares emblemáticos para favorecer la ubicación del destino en cuestión. En el caso del origami, cuatro alumnos del grupo de A2 logran acabar la paloma de la paz, un tercio de la clase, aproximadamente, la dificultad reside más en la creación que en la comprensión del proceso, pero es una actividad recibida con mucha ilusión, en mi última clase de las Prácticas: con el grupo C1, la actividad se recibe con mucho entusiasmo también, favoreciendo la cultura general –el alumnado habla de los países que ha recorrido- a la vez que se trabaja la producción oral y la gramática del libro. Por este motivo, considero que el alumnado ha cumplido con los objetivos propuestos: practicar el Imperativo, por un lado, y las condicionales, por otro. En definitiva, han hablado. La muestra más clara es que, en las clases posteriores, el alumnado ya pondrá en práctica que sabe utilizar la gramática que ha aprendido ‘por descubrimiento’, en estas dinámicas diferentes. La única modificación que plantearía sería al origami, tarea que se vio limitada por el poco tiempo de la clase de Destrezas (50 minutos). En este caso, sí ha sido imprescindible el uso de las TIC en sendas actividades: por un lado, el tutorial de YouTube para realizar el origami, ya que no bastaría con las indicaciones escritas y los pantallazos realizados. Por otra parte, en el caso del mapamundi, las fotografías de lugares emblemáticos –el Sahara o Petra, en Jordania, entre otros- se han proyectado en el ordenador. Podríamos haber incorporado un mapa virtual, marcando los destinos de manera automática, pero requería de muchísima elaboración y, sobre todo, nos hacía ilusión que el alumnado pudiera palpar nuestro propio mapamundi, el verdadero, que tenemos colgado en la pared de la habitación.
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