De Francisco Salvado (Quino) son conocidos los cómics de Mafalda, pero las viñetas que él dibujó al margen de su gran protagonista pueden conectar muy bien con el público adolescente, con ese que está en un punto de querer entender el chiste cuando se habla de cosas de grandes. Aquí pongo un ejemplo de Quino y el surrealismo de la generación del 27.
El surrealismo, un concepto que se resiste a alumnos (y a graduados) es aquí evidente. Tenemos una exageración casi soñada de la vida que, sin embargo, transmite sin decirlo problemas de la realidad; el surrealismo. A partir de ahí se puede pasar a leer un poema como "La aurora" de Lorca, a ver un cuadro de Dalí.
Póngamonos, ahora sí, en el caso del Lazarillo. Los profesores de hoy en día encuentran frustrados que el pícaro de Tormes ya no hace gracia. Quizás por el vocabulario o quizás por nuevos códigos humorísticos, pero muchas veces los jóvenes de hoy en día leen aquello de que el ciego salta y se estrella contra la columna y no se ríen (para desgarro y tragedia del profesor). Si esto es así, enfoquémoslo de nuevo, utilicemos el otro hilo conductor del Lazarillo que tanto apela a los adolescentes: la hipocresía del mundo.
Toda la novela, al igual que tantísimas viñetas de Quino, nos habla de una sociedad mentirosa y corrupta. Esa visión desengañada del mundo es tan atractiva hoy como hace mil años para cualquier quinceañero. El esquema de la actividad que planteo sería para iniciar la unidad didáctica y la lectura del Lazarillo de Tormes.
El objetivo de la sesión es preparar la lectura del primer capítulo del Lazarillo La planificación es de 20 minutos para ver y comentar viñetas, 25 minutos de lectura y 5 para explicar una tarea.
Las viñetas que querría exponer son estas:
1.
3.
4.
La primera viñeta sirve, primero, como exordio para captar la atención de la clase. Permite, además, introducir un debate sobre dos personajes que los alumnos han de identificar en la imagen: la sociedad y el individuo. Después, la idea es reflexionar acerca de las convenciones sociales, de cómo se decide lo que es correcto (no quiero cerrar demasiado las reflexiones para dar margen a la tangencialidad que tiene cada aula a la hora de pensar por sí misma), y sobre todo ¿por qué sonríe el que no está viendo que le señalan?
La segunda y la tercera van más encaminadas a cuestionar la ética, el bien y el mal, cómo debemos comportarnos con los demás, etc. La última sería sobre las apariencias (uno de los pilares del Lazarillo) y por qué la gente gasta dinero en aparentar que tiene dinero.
Después de esto, hemos activado incluso la indignación, la reflexión de los muchachos de clase y es hora de presentar el libro. La premisa es que esta novela encarna esa queja y burla de la hipocresía de la sociedad en la que escribió. Podemos dedicar un par de minutos a comentar algunos detalles técnicos de la novela, el anonimato de su autor, la censura que sufrió, el tiempo en el que se publicó, etcétera.
Pasamos a la lectura y aquí toca corresponder algo de lo que hemos visto con lo que leemos. Nada más empezar, Lázaro aclara que el propósito de la carta que es el texto es "dar entera noticia de su persona" a alguien que le comenta rumores que ha oído, aquí hablamos de lo que es la honra y recurrimos a la primera viñeta. Después, llegamos al momento en que el padrastro de Lázaro dice a su hermanastro "hideputa" porque se asusta al verle porque es negro diciendo "mamá, coco". Hay que explicar que esta escena es un símbolo, una forma que tiene el autor de mostrar que mucha gente hace insultos de cosas que no solo son insulsas, sino que ellos mismos padecen. Y para esto, volvemos a las viñetas segunda y tercera, sobre el bien y el mal. Y para acabar, seguimos leyendo hasta el fragmento en que se habla de los hidalgos (que mueren de hambre antes de trabajar con sus manos) y mostramos la última viñeta.
La actividad final es leer en casa el segundo capítulo y realizar un dibujo con la escena que se quiera de él, siendo mejor valorados aquellos que se atrevan a hacerlo en formato de viñeta, con texto y progresión de una acción.
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